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" Ide por todo o mundo
e pregai o evangelho."
                 Marcos 16:15
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Lección de Escuela Sabática 
Domingo 14 de Enero
CRISTO, EL CREADOR

Lee Génesis 1:1 ( CB ) ; Salmo 33:6 al 9 ( CB ) ; Isaías 45:11 y 12 ( CB ) ; Jeremías 51:15 ( CB ) ; y Juan 1:3 ( CB ) . ¿Qué nos dicen estos versículos sobre las bondades del mundo material?

“Fue Cristo quien extendió los cielos y echó los cimientos de la tierra. Fue su mano la que colgó los mundos en el espacio y modeló las flores del campo.
Él formó ‘las montañas con su fortaleza’; ‘suyo es el mar, porque él lo hizo’ (Sal. 65:6; 95:5). Fue él quien llenó la tierra con belleza y el aire con cantos. Y sobre todas las cosas en la tierra, el aire y el cielo escribió el mensaje del amor del Padre” (DTG 11, 12).
Las cosas materiales, en sí mismas, no son malas. A diferencia de algunas religiones, que enseñan que el mundo material y la materia misma son malos o malvados y que solo las cosas espirituales son buenas, la Biblia valora el mundo material.
A fin de cuentas, el mismo Jesús lo creó. ¿Cómo, entonces, podría ser malo? Lamentablemente, al igual que con todos los dones de Dios, puede pervertirse y usarse para el mal, pero eso no hace que el don original sea malo. La Biblia advierte contra el abuso y la perversión de las cosas que Dios ha creado en este mundo, pero no contra las cosas en sí.
Al contrario, Dios creó el mundo material, y quería que su pueblo disfrutara de los frutos y beneficios de este mundo también: “Y te alegrarás en todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así tú como el levita y el extranjero que está en medio de ti” (Deut. 26:11; ver también Deut. 14:26).
Jesús es el Creador (Juan 1:1-3), y la tierra es una mera muestra de lo que ha hecho. Su capacidad creadora le da una perspectiva única sobre la vida misma y sobre los que viven en ella. Él conoce el valor de las cosas materiales; y nos las dio para nuestro beneficio y aun para nuestro deleite. Dios también sabe qué sucede cuando la humanidad pervierte esos dones, o incluso los convierte esos dones en un fin en sí mismo, siendo que esos dones, al igual que con todas las cosas, estaban destinados a ser usados para glorificar a Dios.

Contempla a tu alrededor las increíbles bondades del mundo creado. Incluso después de los estragos del pecado, todavía podemos ver la bondad inherente en gran parte de él. ¿Qué nos dice la bondad del mundo creado acerca de la bondad de su Creador?
Marcos 16:15