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" Ide por todo o mundo
e pregai o evangelho."
                 Marcos 16:15
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Lección de Escuela Sabática 
Lunes 22 de Enero
EN LA PALABRA

Se han distribuido más de seis mil millones de ejemplares de la Biblia en todo el mundo, pero ¿cuántos la consideran la Palabra del Dios viviente? ¿Cuántos la leen con un corazón sincero y abierto para conocer la verdad? Un estudio bíblico apropiado orienta nuestra brújula espiritual y nos permite navegar por un mundo de falsedad y confusión. La Biblia es un documento vivo de origen divino (Heb. 4:12), y como tal nos señala las verdades que no podemos obtener en ningún otro lugar. La Biblia es la hoja de ruta de Cristo para la vida diaria, y nos educa al expandir nuestro intelecto y refinar nuestro carácter.

Lee Juan 5:39 ( CB ) ; 14:6 ( CB ) ; y 20:31 ( CB ) . La Biblia, específicamente los evangelios, nos dan la información más autorizada acerca de Jesús. ¿Qué dicen estos versículos específicos en Juan y por qué es tan importante para todos los que creemos en Jesús?

Estudiamos la Biblia porque es la fuente suprema de la Verdad. Jesús es la Verdad y en la Biblia descubrimos a Jesús a medida que lo podemos conocer, gracias al modo en que nos ha sido revelado allí. Aquí, en la Palabra de Dios, en el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, aprendemos quién es Jesús y qué hizo por nosotros. Entonces nos enamoramos de él, y confiamos nuestra vida y nuestra alma a su custodia eterna. Al seguir a Jesús y obedecer sus palabras, según se revelan en su Palabra, podemos liberarnos de los lazos del pecado y del mundo. “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36).

Lee Romanos 8:5 y 6 ( CB ) . ¿De qué se nos advierte aquí, y de qué manera el estudio de la Palabra de Dios puede ayudarnos en esta lucha por nuestra mente?

El amor al mundo, especialmente el amor a las posesiones mundanas, fácilmente puede alejarnos de Dios si no tenemos cuidado. Por eso debemos permanecer en la Palabra, que nos señala las realidades eternas y espirituales, tan cruciales para la vida cristiana.
El amor a las cosas mundanas nunca eleva la mente a la moralidad espiritual, sino que reemplaza los principios bíblicos por la codicia, el egoísmo y la lujuria.
El amor, según se revela en la Biblia, construye relaciones al enseñarnos la importancia de darnos a los demás. Al contrario, la mundanalidad implica obtener cosas para nosotros, que es lo opuesto a todo lo que Jesús representa.
Marcos 16:15